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Cuando escribí el post anterior -“Dolor y Placer”- no los pensé como "cara y seca" de una misma moneda, como opuestos necesarios que se dan sentido mutuamente como la luz y la oscuridad, sino que quise ir un poco más allá.
En algún lugar, el placer y el dolor no sólo son opuestos necesarios sino también “socios”, vecinos, a veces conviven.
Se mezclan, se confunden, comparten un espacio común como “columna vertebral” de ambos en forma de frontera.
Viendo lo que sucede en nuestras vidas y leyendo incluso los comentarios que dejaron, pareciera que existe tanta facilidad para disfrutar como para no poder hacerlo. O incluso, como dice uno de ellos, "disfrutar del sufrimiento".
Pareciera que todos quisiéramos ser felices, vivir una vida plena, llena de placer y que cuando no podemos es siempre porque un factor ajeno a nosotros nos lo impide.
Sin embargo no es así. El placer y el dolor no sólo son opuestos necesarios que se dan sentido, sino que además a veces se entremezclan, pasan de un lado al otro de sus propias fronteras. Y muchas veces, estando del "otro lado", añoran el lugar que dejaron sin poder volver, ó más aún, sin querer hacerlo...
Para algunos es “neurosis”. Para otros, parte del proceso de crecimiento, aprendizaje y contradicción de la vida misma…
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La foto es de Robert Mapplethorp.
5 comentarios:
Yo creo que entendí perfectamente.
Aunque hay variantes.
Me suena que va por aquí (en versión suave)
http://claudia-encuentros.blogspot.com/2010/10/tonteando-con-el-deseo.html
Muy bueno Richard, es una de las tantas contradicciones ó dificultades que tenemos como humanos más interesantes! Abrazo
El dolor y el placer se diseñan mutuamente. Solo se siente uno cuando se sintio el otro, y creo que hasta en la misma medida. Y lo mas extraño es que ambos son componentes necesarios para el nacimiento del amor hacia los demas ...
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